MI HISTORIA
Empecé a enfermarme, gastritis, colón, riñones, piel, rodilla, ansiedad, a estar estresada, irritable, muchas veces sin ganas de seguir adelante y también me sentía desagradecida porque si había logrado todo esto, por qué me sentía así?
¡Sin ganas muchas veces de levantarme y ni hablar de lo que sentía los domingos por la tarde y los lunes en la mañana y lo peor… la angustia por el dinero! pues como llegaba se me iba, y esperanzada en que estudiando más, vendiendo más, haciendo más, llegaran los ascensos, premios, bonos, para quitarme esa angustia de encima, me esforzaba y si, lograba todo eso pero al poco tiempo otra vez llegaba la angustia, la zozobra, ansiedad, irritabilidad, mal genio, sentía que hacía mucho y nada era suficiente
Obviamente pasé por culpar a mi jefe, a las empresas donde trabajé, hasta a mis papás por no haberme dado mejores posibilidades.
Me preguntaba una y otra vez ¿En serio a esto vine al mundo?
A estudiar, conseguir un buen empleo estable, que te permita “ser alguien en la vida”, un trabajo que te de los ingresos y así puedas comprar la casa, el carro, darte gusto, ayudar a tu familia, etc, y cuando crees que ya lo estás logrando…
Ver que no es así, que lo que ya alcanzaste ahora todo el mundo lo tiene, y que ahora eso es lo mínimo pero no es suficiente, que tienes que estudiar más para tener más títulos o si no te estancas, porque cada vez hay personas más jóvenes que saben o hacen lo mismo que tu, hablan más idiomas que tú, etc, por menor salario que tú, así que no te puedes quedar atrás y ¿Otra vez a HACER MÁS o inventarte qué negocio emprendes?
En eso mis días se fueron pasando, en estudiar, trabajar, llegar a casa rendida, no tenía tiempo para estar un día normal con tiempo de calidad con mi familia, ni tiempo para mí, y ahora que ya tenía el dinero para tomar clases de equitación, algo que siempre había querido… No tenía tiempo, salud ni energía para hacerlo.
(Ese era un sueño que tuve desde pequeña, pero no lo había podido hacer, pues crecí en una familia sin recursos económicos para algo así, de hecho empecé a trabajar desde los 16 años, terminé el colegio y me puse a trabajar, pasó tiempo para que entrara a la universidad, de hecho hice mis estudios universitarios en la jornada de la noche para trabajar de día y así poder pagarme la universidad, estudiando la carrera que terminé eligiendo no porque fuera lo que realmente quería, pues cuando decía lo que quería estudiar me decían:
¿Si estudias eso, de que vas a vivir? no vas a conseguir trabajo fácilmente, etc. Así que terminé estudiando lo que entre las opciones que había me gustara en algo el pensum y me brindara estabilidad laboral y para vivir bien).
Aunque a mis 29 años estaba haciendo lo que me propuse y soñé tener, me sentía como un robot, como una máquina en una rutina que no paraba, quería un cambio, salir corriendo, vivir de otra manera y obviooooo ¡no podía! porque entonces como pagaba las cuentas, las cuotas de las tarjetas de crédito que cada vez crecían más, la casa, el mercado, cómo ayudaba a mis papás, cómo iba a perder el tiempo y el dinero que invertí en estudiar mi profesión y…
¿Que iba a ser de mi vida?...
¡Intenté de todo! cambié de empresa, de barrio, (vecindario) de carro, de la forma de vestir, me fui de viaje, me hice masajes de una cosa y otra, dejé de usar las tarjetas de crédito, de comprar tanta ropa, estuve en terapia con psicólogo, fui diagnosticada por el psiquiatra y medicada por trastorno de pánico por estrés, me tomé las medicinas, dejé de comer lo que me dijeron, fui a donde médicos bioenergéticos, aprendí a meditar, leí libros de superación personal, tuve profesora de yoga, iba a misa los domingos, fui a que me hicieran la carta astral, me leyeron las cartas de los ángeles, me independicé, monté mi empresa, me casé y ya ni me acuerdo que más, hice en serio de todo es de todoooooooo!!
Mientras hacía esas cosas sentía algún alivio, tenía la fe y la convicción de que ahora sí todo iba a ser diferente….y al poco tiempo volvía a estar igual pero con diferente carro, jefe, casa, etc, sabiendo que soy cáncer con ascendente en ya ni me acuerdo, pero al final me sentía igual y cada vez peor, atrapada en una bola de nieve que cada vez me envolvía más, mientras la gente me veía como una mujer exitosa, juiciosa, sana, “echada para adelante”, buena hija que ayuda a sus papás, inteligente, con una gran proyección de mi carrera, en la empresa mis jefes y gestión humana me repetían que era un high potential, veíamos mi plan de carrera, el siguiente paso, las exigencias, cómo prepararme para alcanzarlo, etc.
Y si, también salía, hacía cosas para distraerme, compartía con mis amigos, con mi familia cuando tenía tiempo, paseaba, tenía momentos de felicidad y me daba cuenta que había logrado mucho, pero a la vez vivía en silencio una angustia y desesperación, tenía miedo y no sabía de que o a qué si todo estaba saliendo bien, y aunque eso lo vivía en silencio, era un silencio que al final salía de muchas formas: enfermedades, incapacidades, relaciones conflictivas, y una de esas formas en que lo exteriorizaba, y la que más me duele, es que sin darme cuenta terminaba impacientándome, discutiendo y explotando por pequeñeces con mi familia, con mis papás y mi hermana con los que más amo y tan importantes son para mí, si los mismos que eran también mi razón de ser y de salir adelante…
Y aquí te confieso que me peleé con Dios, le reclamaba, luego le pedía perdón, muchas veces deseé que todo fuera un sueño, del que me despertaba y me daba cuenta que eso no era así que solo era una pesadilla que había tenido… y muchas otras veces deseé que al acostarme a dormir se acabara todo, que no volviera a despertarme nunca más…